México:
Luego que desde el miércoles pasado quedaron atrapados 10 mineros dentro de una mina en Sabinas, Coahuila, logró bajar el nivel de inundación para iniciar con las maniobras de rescate.
Sin embargo, el operativo de salvamento no se activó, pese a las súplicas de las familias de las víctimas, que se aferran a la esperanza de que sus seres queridos puedan estar en alguna “campana” de aire.
El rescate no se ordenó ni con la inesperada visita de más de una hora del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que fue recibido con altas expectativas por los familiares de los mineros y fue despedido entre reproches por la falta de acción.
Por la mañana, en un comunicado conjunto, las autoridades presumieron que la extracción de agua se había disparado a 350 litros por segundo en las últimas 12 horas, cuando el viernes se sacaban 60 litros por segundo.
“Se completó el estudio de imagen mediante cámaras sumergibles en los tres pozos”, señaló el texto, “el cual mostró no existen obstáculos para maniobras subsecuentes”.
Las autoridades no precisaron el nivel de la inundación para poder ayudar a los mineros que quedaron atrapados a 60 metros de profundidad.
A las 15:18 horas, López Obrador llegó a la mina tras arribar en un vuelo militar desde Colima, donde interrumpió al mediodía su gira para acudir a Sabinas y conocer los trabajos de rescate.
Entre gritos de familiares, el Presidente sostuvo de inmediato una reunión privada de media hora con funcionarios, mandos militares y técnicos para luego recorrer la zona.
El Mandatario dedicó sólo tres minutos a los familiares de los mineros atrapados, a quienes les dijo que por el momento la prioridad es el rescate y, posteriormente, se procedería contra los dueños de la mina.
“Primero el rescate”, respondió el Presidente. “Despreocúpese de lo otro, que va a haber justicia”.
Para las 16:30 horas, entre reproches de familiares, el tabasqueño dejó la zona para tomar de nuevo el avión militar y salir de Coahuila.
El Norte